"Eso depende," contestó el capataz. "Intenta tirar este árbol."
El joven avanzó hacia el árbol y lo derribó hábilmente. El capataz impresionado exclamó, "¡Puedes empezar el lunes!"
Pasaron los días. El sábado por la tarde el capataz se le acercó al joven y le dijo, "Puedes recoger tu paga, estás despedido."
Sobresaltado, el joven preguntó, "Qué pasa porque me despiden".
"Tu rendimiento está muy bajo," respondió el capataz, "El lunes hiciste un magnifico trabajo pero has ido bajando hasta que ayer eras el peor de todos los leñadores."
"Pero soy un buen leñador" objetó el joven. " Llego primero, me voy último y he estado trabajando hasta en mis horas libres!"
El capataz pensó un momento y luego le preguntó, "¿Has estado afilando tu hacha?"
El joven respondió, "Bueno, no, Señor. He estado trabajando tan duro que no he tenido para hacerlo..."
¿Y vos?
¿Has estado demasiado ocupado para afilar tu hacha? ¿Te has preparado para seguir con la faena? ¿No crees que es momento de parar un poco, evaluar y corregir el rumbo?
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